martes, 31 de enero de 2012

CÓDIGOS de un sueño





Uno de mis placeres secretos es dibujar. Dibujo para mí, me gusta hacerlo para tratar de visualizar alguna idea y ordenar como podría ser la fotografía que quiero hacer. A veces tengo la disciplina de hacerlo después de haber tenido algún sueño que me parece representativo, aunque casi siempre sólo los escribo. Una de las fotografías de CÓDIGOS, empezó siendo un sueño. Me desperté y dibujé la imagen que más me consternó durante el sueño. Una mujer de espaldas, no sabía si era yo misma o alguién más, ella estaba en medio de un lago.

Cuando le conté a mi amiga Silvana que necesitaba hacer una serie de fotografías de una mujer en un lago, le pedí que fuera la modelo, entre otras cosas quería invitarla a tener una sesión juntas. Siempre he sabido que tomar fotos a los amigos puede ser difícil, pero sobretodo creo que es por el nivel de complicidad que se necesita y de confianza. Mi amiga aceptó y nos fuimos a Chapala con otro gran amigo, Andrés, que también fue parte de la sesión, aunque sus fotos no aparecieron en esta serie.




Para la serie CÓDIGOS, realicé una serie de dipticos con frases secretas en idiomas que no se hablaran en América. Las frases son sobre miedos, manías, recuerdos y cosas que hago casi sin darme cuenta. La idea era crear misterio en qué significaban esas frases, la clave estaba en la imagen. Para la mayoría de la gente que ha visto este trabajo son lenguajes desconocidos, algunas veces han atinado el origen y pocas, han sabido qué dicen porque conocen el idioma. Lo que más me interesa es  la asociación que hacen con la fotografía, ése es el objetivo de la pieza. 


Después de mucho pensarlo, presento unas páginas de mi pequeño libro de frases secretas.






lunes, 30 de enero de 2012

Fotografías anónimas de mujeres para Confidentes

Colecciono fotografías anónimas desde hace varios años. Me interesa la mirada del otro, sin conocer más del autor y así imaginar, suponer o adivinar para qué tomó esa fotografia.  Las escogo casi siempre por sus "errores",  también porque creo que entran dentro de algún proyecto, aunque otras veces inician ideas, otras me parecen intrigantes y creo que me pueden servir en un futuro.  Para la serie de CONFIDENTES, seleccioné retratos de mujeres de distintas épocas y lugares, sigo buscando más fotografías de mujeres como parte del proceso que continúo.



la serie CONFIDENTES


Un perito en voyeurisme de ojo de cerradura: Parece imposible que pueda existir alguien con vicio tan secreto.

1912 + 1, Leonardo Sciascia.











Para exposición y catálogo del proyecto: Coleccionista de Secretos / La liberación del silencio, Arturo Camacho.

La liberación del silencio.

Un asunto principal de la percepción es la imagen y por consiguiente la representación requiere, para provocar a la inteligencia y la complejidad inherente a la percepción de lo real,  una trama poética que se sustente en un sólido repertorio técnico.

Coleccionista de secretos se nos revela como un acabado trabajo fotográfico. Sintetiza oficio y lo que el poeta T. S.  Elliot llamó “poesis”:  nombrar la materia por su transformación artística y su testimonio estético. La síntesis de géneros y materiales utilizados por  Cecilia nos inducen en un proceso creativo guiado por la imaginación que  provoca en el espectador  un poderoso sentido evocador.

Los Códigos nos proponen una dialéctica entre imagen y texto que se integran en un juego de imaginación y realidad: “lo que es y lo que no se ve”. Las  ausencias se convierten en una ondulante serie de ventanas, en un mundo orgánico que invade la reja de madera con la aferrada telaraña. Obvios y obtusos como dijera Barthes, siempre representados con formas evasivas y elocuentes.

Confidentes es el pasaje preciso donde Cecilia manipula y confronta las imágenes hasta conseguir la escritura de la luz, que sugiere atmósferas y explora actitudes y emociones humanas; el secreto se delata en la belleza femenina  revelada  y los objetos que ocultos seducen al espectador a tratar de liberar su significado.

Testigos, no obstante que disuelve las historias con su intervención   fotográfica, se nos presenta como avasallador testimonio de la represión como característica del ser humano y va de los ahorcados en Agua Prieta en 1918 a las fotografías fuera de foco de cadáveres en las calles de Culiacán en 2010, sólo difiere el método, el fin es el mismo: la exclusividad moral del que decide los castigos.  

El secreto, nos dice Cecilia,  posee una dimensión política y ética y en estas secuencias  que  adquieren  también  una interesante estética; cada una de estas imágenes fotográficas nos revelan las posibilidades de la cámara en las manos, intuición creativa y talento  de una artista que nos muestra estas series como el resultado de un maduro proceso que se ha caracterizado por encontrar en la poética visual una forma sensible del conocimiento.



Arturo Camacho.